lunes, 16 de febrero de 2009

Goza y Muere o la filosofía "Into the Wild"


Arístipo (435 a. C. - 350 a. C.) proponía que el objetivo de la vida es pasárselo bien. En otras palabras, la buena vida y la poca verguenza. El requisito básico: ser libres de espíritus.
En estos tiempos, me pregunto, quién es libre de espíritu cuando está en un trabajo que apesta, cuando sólo se piensa en pagar las cuentas, cuando no soporta a su pareja o no la tiene (y quiere tenerla), cuando se preocupa por las arrugas de su cara, cuando piensa que ha desperdiciado su vida o simplemente ya es muy tarde para escapar de la rutina de su existencia.
Como dicen los existencialistas franceses, hemos sido arrojados a este mundo que no terminamos de comprender, la vida nos produce angustia.
Todos viven engañados, pensando que los quieren más de lo realmente valen. Usan una máscara social, el puto fecebook es la máscara de moda, todos podemos reinventarnos, podemos controlar lo que queremos que la gente sepa de nosotros.
Pero todo no es tan grave, aun quedan espíritus libres, que no se la "creen" tan fácil, qué cuestionan y se cuestionan. Arístipo hubiera sido un marginado ahora, es más, alguien lo conocía antes de leer estas líneas? Occidente nunca lo ha marketeado porque no conviene tanto desbande. Mejor están con Epicuro, el hedonista más conocido y menos salvaje.
Los tiempos cambian, la filosofía de un Arístipo "reloaded" ha dado nacimiento a la filosofía "Into the Wild", la filosofía más extrema y radical que se conozca (aunque nadie la conoce). Vivir al máximo, viajando por el mundo (no como el típico turista) experimentando la mayor cantidad de experiencias y placeres (sensuales e intelectuales), y al final del camino, con todo lo vivido, pegarse un tiro.
¿Alguien tiene una pistola?

miércoles, 30 de julio de 2008

La Verdad sobre la Religión

Hace poco falleció el gran George Carlin. Maestro del stand up comedy en su versión más crítica y lúcida de estos últimos tiempos. Fue un auténtico héroe de la contracultura y aunque se le considera un humorista en esencia, su discurso fue siempre más allá de las fronteras de la comicidad.
A riesgo que se me declare hereje (poco me importa), afirmo que esto es lo mejor que he escuchado sobre el "opio del pueblo".
Ciertamente todo iba bien cuando filosofía y religión iban por caminos separados. Después del insuperable dream team de la filosofía clásica, dígase Socrates, Platón y Aristóteles, hubo un descalabro total. Aparecieron los epicuros, estoicos y una serie de pensadores menores que no pudieron llenar el vacío. En ese momento de incertidumbre aparece la religión como la gran "solución". La razón no era suficiente para "entender", ahora necesitábamos de la "fe".
Cuando siglos después llegaron los refuerzos, como Kant y Nietzche, ya era demasiado tarde, el daño estaba hecho...

miércoles, 5 de marzo de 2008

COME FETOS



El "artista" chino Zhu Yu se comió un feto, que previamente había preparado en la parrilla, en la Bienal de Shangai. Esto sucedió en el año 2000 pero la situación no deja de ser impactante.

A manera de explicación ( o justificación) declaró: “Ninguna religión prohíbe el canibalismo. Ninguna ley dice que no se pueda comer carne humana. He aprovechado ese espacio vacío entre la moral y la legalidad para desarrollar mi arte.” Zhu tambien aseguró: «Sé que hay gente que no cree que el bebé sea real, pero lo es. Me lo llevé de un colegio médico».
En la permormance realizada en Shangai también presentó su «cerebro humano enlatado» en la que Zhu Yu introducía sesos humanos en recipientes para mermelada.

Como era de esperarse, el gobierno chino vetó su trabajo por atentar contra la salud mental y física del pueblo. Zhu, para evitar el veto a su obra, viajó a Londres para presentar su espectáculo de horror en una canal de televisión. Ha querido "repetir el plato" en otros países pero sin exito, pues difícilmente su show canibal podría ser llamado arte, incluso un grupo de artistas tradicionales chinos ha alzado su voz contra lo que consideran «una vergüenza nacional» que no se puede llamar arte.

En la edición de El Mundo (05/01/03) reseñan lo siguiente:
La aparición del arte extremo chino probablemente tiene mucho que ver con la propia Historia del país. La llegada de la revolución comunista no fue una buena noticia para el arte en China. Los Guardias Rojos de Mao destrozaron todo lo que pudieron durante la Revolución Cultural (1966-1976). Músicos, escultores y pintores fueron apaleados, encerrados e incluso ejecutados. Así, el legado artístico del milenario país quedó maltrecho sin remedio y la sensibilidad cultural china fue seriamente dañada. Más de dos décadas de apertura económica han dejado atrás los malos tiempos y, aunque la mayoría de los artistas ha aprovechado la nueva primavera para recuperar el arte de antaño, algunos han escogido para salir del anonimato formas mucho más extravagantes.

Waldemar Januszczak, el presentador del programa de televisión de la cadena británica Canal 4, que ofreció en directo el espectáculo de Zhu Yu, es de los que creen que hay que darle una oportunidad a los nuevos valores chinos para que expresen lo que no pueden decir en su propio país. «Merece la pena tratar de entender por qué China está produciendo el más escandaloso y oscuro arte del mundo», ha dicho el crítico de arte del periódico The Sunday Times.

¿Qué podemos agregar? Pensar tal vez que el gran Arte ha muerto y ahora solo vemos los gusanos de ese cuerpo en descomposición. Ciertamente, este chino quiere llamar la atención, su obra de un caracter tremendamente efectista y repulsivo poco fundamente estético puede encontrar en la comprensión occidental y oriental.

martes, 11 de diciembre de 2007

¿Arte Inmoral?

Cuando opinamos sobre una obra de arte estamos emitiendo un juicio estético. Este juicio contendrá un valor, el cual podrá ser positivo o negativo respecto a la obra apreciada. Podríamos adentrarnos en la espesura de la Axiología y dentro de ella encontrarnos frente al debate sobre si los valores son objetivos o subjetivos. Ese taco tan sabroso que comiste te gustó porque estaba bien hecho (objeto) o porque así lo dictaminó tu gusto (sujeto). Más allá de estas disquisiciones, debemos diferenciar el juicio estético del juicio moral.
Si afirmamos que una conducta determinada es ética, se establece una adecuación entre una norma o imperativo moral y una acción humana concreta. No hablo en chino pero puedo traducirles. Si me comí el taco debo pagarlo. La norma o el imperativo moral me dice que lo correcto es pagar por lo que uno consume (aunque sea comida chatarra).

Con los juicios estéticos no sucede lo mismo. Ellos se formulan como resultado de una experiencia inmediata, unitaria y personal. Con esto decimos que la estética no puede establecer criterios previos de belleza, es decir, no podemos hablar de un deber ser como sí sucede en la ética.
El apreciar una pintura, vivir una experiencia estética, supone finalmente emitir un juicio estético. El conflicto aparece cuando juzgamos una obra desde el punto de vista moral, es decir, emitimos un juicio moral dejando de lado lo estético.

“La Lección de Guitarra” (1934), obra de Balthazar Klossowski de Rola, mejor conocido en el mundo del arte como Balthus, produce en nosotros una reacción inmediata. ¿Nos perturba? ¿La valoramos en su real dimensión?

Haciendo pesquisas en la Web me encontré con el blog “Como un centinela helado”, en el cual se emite un juicio moral sobre “La lección de Guitarra” así como una descripción muy distendida: “El degenerado de Balthus pintó un cuadro que tituló la lección de guitarra y que de lección de guitarra tiene bastante poco. Aparece una guitarra claro pero está en el suelo junto a la mano lacia de la estudiante que está tendida de espaldas medio en pelota sobre la falda entreabierta de una señora con cara de gozadora y más encima con una teta al aire y puntuda para arriba como las babuchas del profeta y que para colmo le está haciendo así: cuchi-cuchi con los dedos entre los muslos. La melena de la niñita cuelga pesada y café como una cortina y su mano siniestra empuña el escote del lado que saltó la teta de la profesora que con su mano también siniestra le tiene tomadas las mechas mientras con la otra mano le tiene los dedos donde ya dije. En lo que concierne al título lo mismo podría llamarse La guitarra o La pantufla ya que lo mismo aparecen las dos desviando la atención de lo esencial: la vulva imberbe de la impúber.”

En una de las cartas que Balthus escribe a Antoinette de Watteville, con quien tuvo una comunicación epistolar cerca de diez años antes de hacerla su esposa, le comenta sobre esta pintura: «Preparo una nueva tela. Una pintura mas bien feroz -debo comentártelo- porque si no puedo decírtelo a ti a quien - es una escena erótica. Pero comprende bien, esto no tiene nada gracioso, nada de esas pequeñas infamias usuales que se muestran clandestinamente. He pintado con sinceridad y emoción toda la tragedia palpitante de un drama sobre una silla, proclamando las leyes inquebrantables del instinto. Volver así al contenido apasionado del arte. Muerte a los hipócritas! Una mujer la da una lección de guitarra a una chica. Después de hacer vibrar las cuerdas del instrumento hace vibrar a la chica»
Lo cierto es que Balthus se basó en el poema del “maldito” Baudelaire: “Lesbos”, que forma parte del conocido poemario “Las Flores del Mal”. Si leemos la cuarta estrofa percibimos la escena del cuadro: Lesbos, terre des nuits chaudes et langoureuse / qui font qu’à leurs miroirs, stérile volupté! / Les filles aux yeux creux, de leur corps amoureuses, / Caressent les fruits mûrs de leur nubilité. (Lesbos, tierra de noches cálidas y lánguidas / que sólo hacen mediante sus espejos, estéril voluptuosidad! / Las chicas de ojos huecos, de su cuerpo enamoradas, / Acarician los frutos maduros de su nubilidad).
Es necesario precisar que, para muchos críticos Las Flores del Mal es un “tratado moral” dentro del contexto social francés del siglo XIX. En el prólogo –escrito por el propio Baudelaire– advertimos una profunda interpelación a las degradaciones morales que corroen las bases espirituales de la condición humana a través de su paso por las diversas edades de la historia. Es latente pues la crítica a la falsa moral de una época, la cual se mantiene vigente hasta nuestros días.

En su libro autobiográfico “Mémoires de Balthus” (Memorias), extraordinario testimonio de su filosofía, publicado el mismo año en que muriera (2001), hace un breve comentario al respecto: Se ha dicho que mis niñas desvestidas son eróticas. Nunca las pinté con esa intención, que las habría convertido en anecdóticas, suplerfluas. Porque yo pretendía justamente lo contrario, rodearlas de un aura de silencio y profundidad, crear un vértigo a su alrededor. Por eso las consideraba ángeles. Seres llegados de afuera, del cielo, de un ideal, de un lugar que se entreabrió de repente y atravesó el tiempo, y dejó su huella maravillada, encantada o simplemente de icono. Sólo una vez pinté un cuadro a modo de provocación. En 1934, cuando la galería Pierre expuso mis cuadros Alice, La calle, Cathy vistiéndose y, entre bastidores, La lección de guitarra, que se consideró «demasiado atrevida» para una época que, sin embargo, no dudaba en provocar con los delirios cubistas y surrealistas.

La concepción moralista del arte tiene vieja data. Tolstoi en su obra ¿Qué es el arte? Dice: “el arte es la criada de la moralidad”. Y agrega: “El arte puede transmitir al pueblo ideas heterodoxas; puede turbarlo e intranquilizarlo y, puesto que acentúa la individualidad y el desviacionismo más que la conformidad, puede resultar peligroso y socavar las creencias que (piensan) sirven de base a nuestra sociedad.
En la otra orilla encontramos al esteticismo que (felizmente) ve las cosas de otra manera. Para esta concepción, la experiencia del arte es la suprema experiencia accesible a la humanidad, y nada debería interferirla. Si entra en conflicto con la moralidad, tanto peor para la moralidad; y si las masas no saben apreciarlo o no admiten la experiencia que les ofrece, tanto peor para las masas.
Los valores estéticos, aunque muy superiores a lo que la mayoría de la gente piensa, son no obstante unos pocos entre muchos. Siendo así, difícilmente podemos comportarnos como si los demás valores no existiesen. Por eso, debemos considerar la relación de los valores estéticos con los otros valores que nos ofrece la vida.

La lección de guitarra, ciertamente, no es una obra fácil de abordar libre de prejuicios. He mostrado esta pintura a mis alumnos del curso de Apreciación del Arte, y es común observar cierto disturbio es sus caras. ¿Es posible liberarnos de todo prejuicio moral al observar una pintura? Puede sonar soberbio pero no todos están preparados para ver indiscriminadamente obras de arte. No pretendemos limitar la libertad del disfrute artístico pero, esta concesión llevará irremediablemente a una situación de censura de la obra que se observa y seguramente no se comprende. Apreciar una pintura en toda su dimensión tiene mayor vinculación con el terreno del conocimiento que con el mero “gusto”. Si toda mi vida he ingerido comida chatarra tendré un paladar entrenado para apreciar y quedar satisfecho con un magret de canard o tal vez lo critique porque le hace falta algunas papas fritas?

martes, 7 de agosto de 2007

La Mejor Escuela del Mundo (Arístipo)



Sócrates lo tenía de discípulo pero le jodia el hecho que cobrara por enseñar. La idea de la "gratuidad de la enseñanza" no le iba bien, al igual que los sofistas quienes hicieron de su profesión una actividad lucrativa. El momento cumbre de Arístipo, su arribo a los top ten, se produjo a la muerte de Sócrates. Fundó su propia escuela, también conocida como la Escuela de los Cirenaicos en referencia a Cirene, su ciudad natal. Ya hubiera querido yo matricularme ahí, aunque seguro me costaba una pasta.
Aristipo propone que el objetivo de la vida es la máxima experiencia posible del placer físico y que la felicidad es la suma de todos estos placeres (no hizo una lista pero no lo imaginamos). Incluso decía que el deleite no necesariamente debe ser bueno, también puede provenir de las cosas más indecorosas. La sabiduría la define como la capacidad de contrarrestar el dolor buscando el placer, para esto se requiere de la prudencia. El placer se encuentra en el presente, en la vida terrenal. Grande Arístipo! Hay quienes creen que en el "cielo" la pasarán bien, los reto a que se mueran y después me cuentan.
Algo de sus lúcidas enseñanzas influyeron en el pensamiento de nuestro conocido Epicuro (adjetivado como "epicúreo"), otro abanderado del hedonismo, entusiasta de la comida y bebida pero poco comprendido por la mayoría, pues su filsofía ha sido distorsionada, pero de eso hablaremos otro día.
El que diga que la filosofía ha muerto o consiste en pensar sobre el mundo mientras se observa el propio ombligo es que no conocía a Arístipo.
Nos vemos en la bacanal wey..

lunes, 6 de agosto de 2007

Cualquier idiota puede opinar

Todos creen saber algo de arte y si se trata de pintura abstracta más aún. El problema es que nunca nadie te ha enseñado a mirar (decir "apreciar" ya sería demasiado) la pintura, entonces se piensa que todo se limita a un "me gusta" o "no me gusta". ¿Te gustó?

domingo, 5 de agosto de 2007

La Cartografía de Nelson Leirner


Tal vez los mapas de Nelson Leirner lleguen en el momento justo, como cuando el arte recupera sus antenas críticas con el mundo, aunque se sepa que eso es cada vez menos "obligatorio" y menos común. -Arte al Día Internacional-

Una norteamérica atiborrada de mickey mouses en contraposición de una centro y sudamérica plagada de esqueletos. Imagenes despercudidas de un burdo dramatismo al utilizar stickers infantiles. El artista brasileño Leirner hace una crítica precisa en esta fotografía que ha preferido no titularla ("Untitled") pero que pertenece a la serie "Right You Are If Think You Are" (Aquí estás si lo piensas que estás) El análisis de esta imagen da para un rollo sociológico y cultural, podríamos hablar de la relación norte-sur, de las asimetrías culturales, hasta de un amigo cuya felicidad parece encontrarse en el Norte y tiene nombre de mujer (menuda telenovela!).